A los seis meses, cuando el bebé es introducido a la alimentación complementaria, pues casi casi te acepta todo. Es una maravilla que dura unos seis meses. Como al año, ya comienza a refinar su gusto y ya no acepta todo. Entonces vienen las crisis de inapetencia, en parte porque el niño, que ya se las sabe todas, sabe que el padre no lo dejará sin comer. Entonces el niño pide gelatina, gaseosa, chocolate... Si es más exquisito, tallarines A la Alfredo. Y los padres nos preocupamos por si estará bien alimentado. Y extrañamos al angelito que era feliz comiendo su compota de frutas.
Alguna vez escuché decir al Dr. Perez Albela que no nos preocupemos tanto en la cantidad que coma el niño. No se trata de obligarlo a que coma, que el momento de comer no tiene que ser traumático. Lo que si es importante es que, ese poco que coma sea de calidad. Una alimentación balanceada, sin azúcar ni sal (los alimentos ya tienen azúcar y sal suficiente para el paladar de un bebé), sin alimentos procesados, mejor si son alimentos biológicos y no recocidos perdiendo su valor nutricional.
Ya son poco más de dos años y Vale me sigue aceptando todo. Y es que mi hijita no sabe lo que es la comida chatarra ni alimentos procesados. No le di la oportunidad para que se vuelva exigente, su paladar es muy simple. Los bebés también se forman hábitos y ella se ha acostumbrado a los dulces sanos a lo Lazy Town: compotas de frutas de la feria orgánica.
Lazy Town hacía que comer sano sea divertido.
Eso se refleja en su estado de salud en general. Valeria nunca ha tomado antibióticos que matan la flora buena. En casa podemos estar agripados (su papá o sus abuelos, yo también pero raramente), pero ella nunca se contagia. Como todo bebé, no mide y se lleva a la boca cosas del suelo... Pero tiene un estómago fuerte y no le sucede nada. Sus amiguitos de la estimulación temprana se enferman pero ella no. No sabe lo que es una fiebre elevada. Desde luego que lo atribuyo a la lactancia materna prologada que le ha permitido tener un súper sistema inmune, pero también a su alimentación saludable que favorece una flora buena... porque la salud comienza en el colon.
Y de vez en cuando le preparo algún dulce saludable sin frutas, con chocolate, algarrobo o cañihua orgánica... que le encantan... Prometo compartir mis recetas con las mamitas. Dulces si, pero sin sacrificar calidad ni salud.
Hasta el próximo post, si Dios quiere,
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Disclaimer: El presente blog no ha sido producido por una profesional en el sector salud. Si tiene una condición médica, consulte con un facultativo.
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